Normalmente, atesorar dinero en el domicilio, lo que conocemos comúnmente por esconder el dinero debajo del colchón, no es una buena idea nunca, pero aún menos en periodos como el actual, donde la inflación parece coger un camino ascendente.
Recientemente, saltaba a las noticias la mala suerte de una mujer de Malasia, que atesoraba importantes cantidades de dinero en su casa y cuando necesito recurrir a sus ahorros, se encontró que había perdido todo su dinero por oxidación. Evidentemente es un hecho extremo, donde nos demuestra que puede pasar con él dinero inmovilizado y oculto.
Por qué no conviene guardar dinero
Es bastante fácil de entender, La inflación es un proceso económico que causa una subida general de los precios con carácter global, esto afecta a todos los precios en cierto modo y de manera sostenida, por tanto, gradualmente, la forma de ver el impacto de la inflación, es hacer una comparativa de los precios básicos de ahora con los de hace diez o veinte años. Esa subida tiene que ver con la inflación.
Vamos a retroceder esos veinte años e imaginemos que durante este tiempo hemos conseguido guardar en nuestra casa 100.000 euros. En efecto, la cantidad continúa siendo la misma, pero ¿tiene el mismo valor? Definitivamente no. Lo que podíamos comprar veinte años atrás con 100.000 euros no es lo mismo que lo que podemos adquirir actualmente.
Por lo que nuestro dinero habrá perdido valor, en otras palabras, al no tener el mismo poder adquisitivo, si podemos considera una actividad.
Por lo tanto, el impacto que ejerce la inflación sobre el dinero guardado en casa es verdaderamente negativo. Por este motivo podemos valorar cada porcentaje de inflación anual lo mismo que un ataque al valor del dinero parado, pero también existen otros problemas.
