La solvencia, al igual que otros términos económicos o financieros, influye en la vida de todo emprendimiento, condicionando sus metas. Así, las empresas deben tener como primera meta alcanzar lo que denominamos solvencia.
¿Qué es la solvencia? este concepto es fundamental a la hora de analizar ratios financieros, a lo que respondemos es que, la solvencia es tener la suficiente capacidad para hacer frente a sus obligaciones contraidas.
Técnicamente podemos definir la solvencia como la capacidad financiera (capacidad de pago) de la empresa para cumplir sus obligaciones y los recursos con que cuenta para hacer frente a ellas, o sea una relación entre lo que una entidad tiene y lo que debe.
En este sentido, cuando hablamos de solvencia nos referimos a contar con los bienes y recursos suficientes para respaldar el endeudamiento que se tenga contraído, aún cuando estos bienes sean diferentes al efectivo.
Claramente, estamos en oposición a un tema ya hablado, la liquidez. Cuando se posee liquidez se tiene el efectivo necesario en el momento oportuno que nos permita hacer el pago de los compromisos contraídos. En cambio, ser solvente es contar con los bienes y recursos suficientes para respaldar el endeudamiento contraído, pese a ser diferentes al efectivo.
Se considera una regla práctica que un Índice de Solvencia de 2 a 1 indica una situación financiera sana. Es conveniente comparar este índice con los del promedio de la Industria para determinar lo adecuado de las políticas que afectan los índices financieros. Un Índice de Solvencia excepcionalmente bajo indica que la compañía se encontrará con dificultades para pagar su pasivo a corto plazo; mientras que un Índice muy elevado sugiere que los fondos no están empleándose bien dentro de la empresa y que, por tanto, se cuenta con dinero ocioso.