Los CFD: qué son y cómo funcionan

Los CFD, como bien indica su nombre (Contract for Difference), son Contratos por Diferencia, los cuales, en los últimos años, se han popularizado enormemente. Es un producto que causa dudas, por los altos índices de inversores que pierden su dinero. No obstante, como modelo de inversión continúa avanzando. Intentaremos entender la razón de su continuo crecimiento.

Los CFD, Contrato por diferencias, es un tipo de instrumento de inversión derivado al contado, que no tiene vencimiento y deja a los clientes llevar a cabo operaciones sobre los movimientos de los precios, aun sin que estos dispongan del activo subyacente. De este modo, permiten conseguir beneficios tanto al alza como a la baja, aparte de poder ser empleado en las inversiones en acciones como cobertura.

Qué es un CFD

Son contratos donde se intercambia la diferencia del valor entre la entrada y la salida. Multiplicándose por la cantidad de acciones o índices que se acuerdan en el citado contrato. Es decir, las ganancias o pérdidas que podamos obtener serán el resultado de la diferencia entre el precio que se compraron o vendieron.

Tenemos que tener en cuenta que es un producto de apalancamiento. Significa que es completamente posible sostener una posición sobre un activo, sin obligación de desembolsar el valor total de su coste. Desembolsaremos únicamente la cantidad de margen que sea necesario para poder efectuar la operación. Por lo cual, hablamos de un tipo de producto que tiene un gran riesgo en cuanto a la perdida de dinero.

Es fundamental informarnos sobre los CFD, antes de su uso. Ya que es un instrumento difícil y con un alto riesgo, mas aun si lo utilizan personas con poca información sobre ellos.

Un elevado numero de inversores minoristas pierden su dinero haciendo uso de ellos, hablamos entre un 74% y un 89%.

No es una herramienta para toda clase de inversores, debido a que el riesgo de pérdida es muy alto y muchos de ellos no están dispuestos arriesgarse tanto y en otros casos no disponen de un gran margen de perdida al que puedan enfrentarse si hacen uso de un CFD.

Lo importante, es estar informado sobre los pros y contras que implica el uso de un contrato por diferencia, para poder valorar si en nuestra situación como inversores nos conviene o no.

CFD: ventajas e inconvenientes

Una de las ventajas principales que ofrecen los citados contratos (CFD), es que concede a sus inversores una amplia variedad de subyacentes en mercado a nivel mundial. 

Como ya mencionamos anteriormente, nos deja invertir al alza o a la baja, abriendo posiciones cortas y largas.

Ofrecen la posibilidad a sus clientes de elaborar diferentes y numerosas estrategias, como el tipo de inversión, de especulación o de coberturas de carteras. Es fundamental tener en cuenta que esta herramienta también acepta el poder realizar una réplica directamente sobre la evolución de un índice, materia prima o acción.

Para empezar a operar no establecen un importe mínimo, ni tienen comisiones de mantenimiento por apertura. Al carecer de vencimiento no es necesario cambiar de contrato para mantener las posiciones a largo plazo. También ofrecen una opción, de prueba antes de empezar a invertir el dinero real.

 Muy importante es  conocer los contras, si bien no son sencillos de comprender, es necesario estudiarlos con detenimiento, antes de realizar ninguna operación con ello, ya que nos arriesgamos a perder a una gran cantidad de dinero.

Como ya hemos comentado los contratos por diferencia tienen un elevado nivel de riesgo, no siendo aptos para todos los inversores, ni para todas las economías.

Si lo que se busca es realizar una operación larga, deberemos pagar un coste de financiación, el cual corresponde con la parte total de la inversión no cubierta con el margen de garantías aportado.

 

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